Grabado en el mítico teatro Apollo de Nueva York, la obra está tratada como una película. Comienza presentando a los “actores” como en cualquier film, da paso a escenas de backstage y derecho al escenario, cámara en mano. Despojado, casi sin escenografía (más que algunas luces blancas y la gente aplaudiendo), los protagonistas son los músicos y sus 20 canciones. Entre los extras se incluyen algunos temas que quedaron fuera del corte final y tomas multicámara para ver a los cuatro miembros al mismo tiempo.
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